El nuevo paradigma para las universidades bolivianas debiera ser una obligada apropiación de la tecnología y la ciencia. Para aplicar el paradigma las universidades necesitan:
- Cambiar sus políticas de formación
- Responder a las necesidades del nuevo mercado
- Redefinir sus relaciones con otros productores del conocimiento
- Asumir el liderazgo en la producción
- Formar a través y con las nuevas tecnologías de la información
- Revolucionar el contenido y la metodología docente
Sin embargo, es importante recalcar que no sólo las universidades bolivianas deben autoevaluarse y autocriticarse para aplicar el nuevo paradigma integralmente; en Latinoamérica la situación de las universidades no es diferente.
Las estadísticas revelan que las principales falencias están en la formación y nivel académico, además del tiempo de dedicación de los docentes universitarios. Por otra parte, las relaciones de intercambio universidad – sociedad, responden más a las condiciones del mercado y la mayor oferta, que al conocimiento y uso óptimo del talento humano.
Estas relaciones, a su vez, están condicionadas por diversas variables que inciden en la calidad de la formación académica, Pablo Aranda Manrique, fija cinco aspectos como los más gravitantes para la educación superior:
- Tendencia de la demanda
- Las nuevas demandas de la sociedad civil
- La equidad en la educación superior
- La pertinencia
- La presión del mercado
Analizados estos puntos, se concluye que la universidad del siglo XX ha sucumbido a las exigencias del mercado en detrimento de la calidad, la equidad y la ética.
Pero hablar de ética, va más allá de solamente considerar la dimensión etérea del concepto, es buscar en la realidad de la educación superior un valor tangible; a decir de Aranda “el déficit ético es más grave que el déficit presupuestario”.
Este déficit ético debiera ser subsanado en el campo universitario, debiera ser la universidad la formadora de profesionales íntegros, con sólidos valores y actuaciones en sociedad que destaquen el desempeño moral del nuevo profesional.
Sin embargo de la buena intención y el noble cometido, la realidad es distinta aún; si bien se ha avanzado y modernizado en contenido y estrategias de enseñanza-aprendizaje, en el campo de los valores, la moral y la ética, el avance es lento y no responde a las exigencias de una sociedad que pide a gritos un cambio en la manera de ser y hacer de las nuevas generaciones.
Nuevas generaciones que tienen en sus manos la responsabilidad de impulsar, diseñar y ejecutar cambios trascendentales no sólo en la forma sino ante todo en el fondo. Y definitivamente el reto de la universidad boliviana es contribuir desde lo académico a una profesionalización transversal desde la ética del ser humano acorde con los tiempos actuales.
Bibliografía
Aranda Manrique, Pablo (2011) La ética en la educación universitaria